miércoles, 14 de mayo de 2014

CIRILO Y SU AMIGO EL CICLISTA

Como de costumbre, un día cualquiera, de una semana cualquiera y de cualquier mes, me dispuse como siempre a dar un paseo en bicicleta por los campos de mi pueblecito donde vivía un pájaro negro y solo, que nunca volaba y que se llamaba Cirilo. Todos los del pueblo en cuanto lo veían se reían de él y no le hablaban. Como  Cirilo se ponía muy triste, fui hacia él con mi bicicleta y le dije:
- Oye Cirilo, no temas, yo no me voy a reír de ti, solo quiero que me acompañes a pasear con mi bicicleta. ¿Aceptas?
Y después de dudar un rato Cirilo aceptó acompañarme.
Yo con mi superbici y Cirilo montado encima del manillar, asombrado de cómo veía pasar tan rápido los árboles sin poder volar; él se reía y decía: “Estoy contento de ir en tu bici, me siento como un pájaro”.
–Y  yo le dije: pero Cirilo ¡si ya lo eres! Solo tienes que extender tus alas y volarás. Podrás ir junto a mí y posarte encima de mi cabeza.
Pues ni corto ni perezoso lanzó un vuelo que en segundos lo perdí de vista. Y al momento empecé a oír a Cirilo cantar: “Estoy muy contento, muy contento de volar”. Y en un abrir y cerrar de ojos se posó encima de mi cabeza.


Y así fueron pasando los días y los meses, y Cirilo cada vez era más feliz. Ya que él  lo único que quería era salir conmigo en la bici, sin importarle lo que decían los demás, y volar…
T.N.C.
(Ilustraciones de N.L.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario