-¿Cómo te llamas?-. preguntó Adriana. -Cirilo, contestó el pequeño león de tierra.- He salido de mi casa en busca de aventuras pero cae la noche y no tengo refugio. -Puedes guarecerte en mi casa.- se ofreció la niña.-no es muy lujosa pero al menos no te mojarás, parece que va a llover… -¡Muchas gracias!, me adapto muy bien a los ambientes, no solo cambiando mi color, también aprendo rápido y me gusta leer, la música y viajar. ¿Qué te parece si mañana salimos juntos de excursión y visitamos a mi familia? -¡Bien! -. Respondió alegremente Adriana.Y así fue, a la mañana siguiente se pusieron mochila al hombro y caminaron juntos atravesando los frondosos y húmedos bosques de Madagascar. Después se embarcaron y navegaron por los 7 mares hasta que llegaron a su destino: El Algarve portugués.
La familia de Cirilo les recibió con una gran fiesta, música y una tarta.
Adriana agradeció a su pequeño-gran amigo por haber sido su compañero en este arriesgado viaje, y se despidieron hasta la próxima aventura... FIN.
A.N.C.
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