Fotos: J. A. N. y L. C. N.
Discretamente
la rana croaba
cerca de un nenúfar
dentro del agua.
Sin aspavientos
solo flotaba
casi escondida
entre hojarasca
de sabor suave
verde manzana.
Llegó la noche.
Antes del alba
croó con fuerza,
saltó la rana
y alzó su voz
fuera del agua.
Se acercó al nenúfar
mientras cantaba
su gran canción
por la mañana.
No más amigos
la acompañaban
que el blanco nenúfar
de hojas de agua.